EL CUENTAZO DE LAS MINILAPTOPS
Profesores pobremente capacitados, niños que no entienden lo que les dice la Wikipedia y máquinas defectuosas. Tras dos años de implementado el programa “Una laptop por niño” en el país, una reveladora investigación del educador David Roca demuestra que el gobierno mitifica la tecnología, y que las computadoras portátiles que repartió entre los niños más pobres de las zonas rurales no han contribuido en mejorar la calidad de la educación que reciben.
El primero que frunció el ceño cuando el gobierno empezó a distribuir unas novedosas computadoras portátiles a los niños de las escuelas rurales en mayo del 2008 –solo cinco meses después de haber creado el programa “Una laptop por niño”, a fines del 2007– fue el educador Constantino Carvallo. “¿Tan pronto? ¿Qué estarán haciendo?”, le dijo entonces a su amigo, el profesor David Roca Basadre. Y juntos planificaron viajar al interior del país para verificar in situ las bondades de una propuesta que era ofrecida oficialmente como la solución perfecta a nuestros problemas educativos. La muerte, siempre tan inoportuna, le llegó a Constantino, por lo que David buscó nuevos aliados –el maestro Rigoberto Áuris y dos estudiantes– para llevar a cabo su investigación. Esta se publicó con el título “Sobre el programa ‘Una laptop por niño’ del Ministerio de Educación y la mitificación de las nuevas tecnologías de la información” (editorial OtraMirada) y ofrece hallazgos verdaderamente preocupantes.
El equipo de David Roca visitó durante un mes y medio –entre junio y julio deL 2009– 16 colegios unidocentes o multigrados –requisito para que una institución sea beneficiaria del programa–. Las pesquisas se realizaron en las localidades de Huaraz, Trujillo, Iquitos, Tarapoto, Yauyos, Chincha y Pisco, y fueron coordinadas con las direcciones regionales de Educación y las unidades de gestión educativa locales. “Entendimos sin tapujos que, en la mayor parte de los casos, nos orientarían a los lugares en que mejor marchara el programa”, escribe el pedagogo en el estudio. Aun así, no pudieron ocultar una realidad que se desborda por sí sola.
A la buena de Dios
“Los niños usan la laptop de manera independiente, sin guía del docente; hay aprendizaje por descubrimiento espontáneo”, le confesó el director de la institución educativa San Juan de Cumbaza al colaborador que visitó Tarapoto. Allí los docentes sencillamente no han recibido ninguna capacitación sobre el uso de las computadoras, y los equipos llegaron de forma inesperada. La primera conclusión a la que arribó David Roca es que no existe un plan pedagógico sobre el uso de las laptops XO, es decir, los profesores no conocen con claridad la forma de ligar los contenidos del plan regular de estudios a las aplicaciones de las computadoras.
“En casi todas las escuelas visitadas, los maestros y maestras manifestaron haber sido capacitados por el Ministerio tan solo una vez, y para el manejo introductorio de los programas básicos de las laptops”, se lee en la página 30 de la investigación. Solo en tres casos llegaron jóvenes universitarios que complementaron la formación inicial de los docentes. Incluso, en algunas zonas como Chincha, la capacitación fue restringida: el seminario “Docentes Líderes” –realizado el 2008 en Ica– permitió la asistencia de un solo profesor por colegio, quien luego tuvo que explicar lo aprendido ante sus colegas. Esto último según lo relatado por el especialista de tecnología de la UGEL Chincha, Luis Alberto Moquillaza.
Tampoco habrían funcionado bien las fichas y fascículos del portal PerúEduca, ya que la mayoría de los maestros de las zonas rurales no está familiarizado con Internet o no tiene acceso sostenido a la red. Esto se deduce del hecho de que, durante los viajes que hizo el equipo de David Roca, ningún docente mencionó espontáneamente los elementos digitales como recursos que utiliza en clase. Cuando Roca –con los alarmantes resultados de sus indagaciones en las manos– le pidió explicaciones al encargado de la Dirección General de Tecnologías Educativas del Ministerio de Educación, Oscar Becerra, este le entregó el “Manual del Docente para el uso de la laptop XO”, un documento de 51 páginas publicado en julio del 2008 que, salvo unas breves palabras introductorias, está repleto de detalles técnicos sobre la operación de las máquinas.
Wikipedia y otros misterios
Cada una de las laptops que reciben los niños tiene un archivo de 250 textos sobre diversas materias sistematizado al modo de un diccionario. El problema, según David Roca, es que la mayoría de las definiciones han sido copiadas literalmente de la enciclopedia virtual Wikipedia. Esto dificulta la comprensión de los términos por parte de los niños de educación primaria, a quienes está dirigido el programa.
Aquí un ejemplo: en el aula de cuarto grado del colegio 80089 de Huamán, Trujillo, el profesor intenta explicar a sus alumnos lo que significa la gripe AH1N1, un tema de coyuntura por entonces. Y, para definir la palabra ‘enfermedad’, consultan la computadora, que arroja: “La enfermedad es un proceso y el estatus consecuente de afección de un ser vivo, caracterizado por una alteración de su estado ontológico de salud. El estado y/o proceso de enfermedad puede ser provocado por diversos factores, tanto intrínsecos como extrínsecos al organismo enfermo (…)”. Si se considera que los niños se llevan a casa las computadoras –es decir, las pueden utilizar en cualquier momento–, resulta incomprensible que esta información no haya sido adaptada a su nivel cognitivo e, incluso, linguístico (en la institución educativa 601517, San Marcos, en Indiana (Loreto), la directora lamentó que muchos de sus estudiantes no puedan aprender con estas máquinas, ya que provienen de las etnias indígenas huitoto, bora, cocama y yahua y no hablan español).
La ausencia de un enfoque intercultural se suma al uso mecánico que se le da a algunas aplicaciones, como la calculadora. El colaborador que visitó el albergue de la Casa de Niñas de Loreto halló al respecto lo siguiente: “En el curso de matemáticas de segundo grado trabajan las cuatro operaciones básicas usando la máquina como calculadora. Observé que las alumnas realizaban todas las operaciones con la laptop y no pude ver un trabajo directo de resolución de problemas. Le planteé a una niña una suma sencillísima (2+2), y no me respondió nada. Se me quedó mirando, y en seguida resolvió con la máquina lo que le había planteado”.
Se la pasan jugando
Según los hallazgos de David Roca, “los juegos son rápidamente descubiertos por los niños y niñas, y constituyen la mayor parte del tiempo que dedican a las laptops, sobre todo cuando se las llevan a casa”. Tal vez sea por esto último que algunos padres de familia de Carhuaz, por ejemplo, han solicitado que las computadoras se queden en las escuelas, para que así sus hijos tengan tiempo para hacer las tareas y ayuden en los quehaceres del hogar. La segunda herramienta más utilizada en el aula sería el procesador de textos, con el que los niños copian y leen las palabras que dicta el profesor. Sin embargo, la laptop XO dispone de otras aplicaciones –chat en red, grabador de voz, diario personal y lector de noticias, entre otras– que no están siendo debidamente aprovechadas. “En realidad –precisa, Sandro Marcone, gerente comercial de la Red Científica Peruana–, el único impacto positivo de este tipo de programas probado en el mundo es que aumenta la asistencia de los niños a las escuelas”.
Tecnología fallida
Durante el trabajo de campo de la presente investigación, se registraron múltiples quejas por aparatos y cargadores malogrados. En la institución educativa 22243 Chavalina de Chincha, por ejemplo, la directora, María Pachas Castillo, contó que cuando las máquinas llegaron, 32 de las 73 laptops estaban deterioradas y el 50% de los cargadores eran inservibles. Cuando Pachas viajó al local del Ministerio de Educación en Lima con cuatro máquinas malogradas, los funcionarios de esa dependencia solo pudieron arreglar dos de ellas.
En otras escuelas, como el Hogar de Menores de Iquitos, se quejaron de lo difícil que resulta para los niños operar las máquinas sin mouse y moviendo el puntero a través de una zona táctil, como en las laptops de adultos. Al respecto, Roca obtuvo del representante del Ministerio de Educación este sorprendente comentario: “Por el hecho de usar el teclado, los niños y niñas afinan sus habilidades motrices finas y, por tanto, su habilidad para escribir con lápiz o lapicero”. Preocupado, David Roca consultó con la profesora Mónica Barreto, especialista en educación inicial, y descubrió que esta afirmación no tiene sentido, pues “no es lo mismo apretar una tecla que la actividad prensil de sujetar un lápiz con tres dedos”.
El mito de la tecnología
Si bien los conclusiones de David Roca son someras y no tienen un estricto valor estadístico, reflejan de forma cualitativa la manera improvisada en que se está llevando el programa “Una laptop por niño” en el país. A decir del experto en nuevas tecnologías Eduardo Villanueva, aún no salimos de la lógica simplista de que la informática es lo central en la educación. Cuando veamos el internet como una mera herramienta pedagógica –y no nos encandilemos con las ofertas políticas de entregar computadoras masivamente–, habremos dejado de lado el mito de la tecnología.
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