Germán Caro Ríos es, sin lugar a dudas, uno de los maestros peruanos más importantes del siglo XX. Nació el 28 de Mayo de 1905 en la Comunidad de Huayopampa, provincia de Canta, Huaral en la actualidad.
Hijo de Don Daniel Caro Espinoza y de doña Genadia Ríos Poma, fue el mayor de ocho hermanos.
Su infancia transcurrió en la zona rural que lo vio nacer y allí no sólo aprendió las tareas agrarias sino, principalmente, a amar la tierra, cuidarla y trabajarla para lograr sus frutos.
Varios fueron sus referentes adultos que lo alentaron a superarse en sus estudios. Sus tíos Moisés y Mateo Caro Espinoza, quienes lo estimularon a que obtuviera una visión más amplia de la vida saliendo de su comunidad; y sus maestros de primeras letras, el matrimonio formado por Ceferino Villar y Felicita Córdoba de Villar de la escuela Nº4233.
Sus estudios secundarios los realizó en el Seminario que funcionaba en su comunidad. En esa época, el joven Germán y sus compañeros promovieron una organización juvenil para difundir las nuevas ideas y denunciar los abusos de las autoridades y gamonales (amos), para lo que utilizaban periódicos murales, volantes y pintadas clandestinas; además, organizaban a los jóvenes en clubes deportivos, de teatro, etc. Con estas intenciones tomaron un predio que, con el paso del tiempo, se transformó en lo que es hoy el Coliseo Deportivo de Huayopampa.
Caro Ríos abandonó el Seminario dispuesto a prepararse para la tarea docente; viajó a Lima y luego a Cañete. Allí trabajó un año en una hacienda para poder costearse sus estudios, lo que le permitió conocer de cerca la explotación y los vejámenes que padecían los campesinos de parte de hacendados y capataces. Esta experiencia selló su compromiso de vida para con los débiles y marginados y su firme decisión de luchar por un orden justo y solidario.
Al año retornó a Lima e ingresó al Instituto Pedagógico Nacional de Varones; no sólo se preocupó por su formación académica sino por encontrar respuestas al problema de la desigualdad y la pobreza de los pueblos y decidió asistir a la Universidad Popular “Manuel González Prada”. Germán se hizo conocido discípulo de Mariátegui y, posteriormente, su amigo y camarada.
Al terminar sus estudios, retornó a su comunidad con una formación sólida e integral y graduado como normalista urbano, convirtiéndose en el primer profesional de su tierra.
Germán Caro Ríos ingresó a la docencia oficial en 1930. Huayopampa esperaba mucho de él, se entregó a su labor con verdadero fervor, pero -como ocurre con los maestros que enseñan y luchan y luchan enseñando- al año fue subrogado y, con él, dos mil maestros más que exigían dignificación para su labor, petición inaceptable para el gobierno de turno.
Fue así como conoció en carne propia las injusticias de régimen arbitrario: los dos mil maestros fueron lanzados a la calle en condición de despedidos.
Ya estaba casado con una joven campesina, Eugenia Rossel Castro, y debió luchar para sobrevivir.
Los maestros despedidos conformaron el “Comité de Maestros Desocupados”; Caro Ríos fue su Secretario de Economía. Este Comité, se convirtió rápidamente en un organismo masivo y desarrolló una amplia actividad pre-gremial, consiguiendo la adhesión de colegas de distintas regiones. Logró, además, la reposición de los despedidos y la reapertura de la Universidad Nacional Mayor de “San Marcos”, que la arbitrariedad y la soberbia habían recesado.
Al reingresar a la carrera docente, se le asignó una plaza en la Comunidad Campesina de Viñac, provincia de Yauyos. Poseedor de un espíritu transformador, realizó además de la tarea pedagógica una labor comunitaria encomiable en cada uno de los puestos que tuvo:
Alfabetización del indio
Bibliotecas
Creación de Centros Educativos
Salones para teatros
Huertos y jardines
Ferias escolares donde los alumnos exponían a la comunidad lo que habían cosechado en la escuela
Complejos deportivos
Talleres de carpintería
Instalación de alumbrado eléctrico, agua potable, posta médica
Creación de cooperativas ganaderas
Y mucho más...
Para el Maestro Germán Caro Ríos, una Escuela debía ser un lugar agradable, modelo de vida atractivo para el niño, centro de cultura, del deporte, del arte. Entendía a la escuela como una forma de autorrealización y de realización colectiva. Caro Ríos logró diseñar y desarrollar una escuela basada en el estudio y el trabajo en coeducación.
En paralelo con su labor pedagógica, desarrolló una vasta actividad sindical desde la fundación del Comité de Maestros Desocupados en 1930, hasta la Constitución del SUTEP, en el Congreso de Cuzco, en julio de 1972, donde vio coronado uno de sus más caros anhelos, al que dedicó años de esfuerzo y sacrificio.
El maestro Germán Caro Ríos supo ser hombre de su tiempo, predicó con el ejemplo, valorado como un hombre absolutamente honesto; dejó de existir el 19 de octubre de 1971.
Fuente “Las escuelas de estudio y trabajo en coeducación” / Autor: Daniel V. Caro Rossel / Publicado por Derrama Magisterial
Hijo de Don Daniel Caro Espinoza y de doña Genadia Ríos Poma, fue el mayor de ocho hermanos.
Su infancia transcurrió en la zona rural que lo vio nacer y allí no sólo aprendió las tareas agrarias sino, principalmente, a amar la tierra, cuidarla y trabajarla para lograr sus frutos.
Varios fueron sus referentes adultos que lo alentaron a superarse en sus estudios. Sus tíos Moisés y Mateo Caro Espinoza, quienes lo estimularon a que obtuviera una visión más amplia de la vida saliendo de su comunidad; y sus maestros de primeras letras, el matrimonio formado por Ceferino Villar y Felicita Córdoba de Villar de la escuela Nº4233.
Sus estudios secundarios los realizó en el Seminario que funcionaba en su comunidad. En esa época, el joven Germán y sus compañeros promovieron una organización juvenil para difundir las nuevas ideas y denunciar los abusos de las autoridades y gamonales (amos), para lo que utilizaban periódicos murales, volantes y pintadas clandestinas; además, organizaban a los jóvenes en clubes deportivos, de teatro, etc. Con estas intenciones tomaron un predio que, con el paso del tiempo, se transformó en lo que es hoy el Coliseo Deportivo de Huayopampa.
Caro Ríos abandonó el Seminario dispuesto a prepararse para la tarea docente; viajó a Lima y luego a Cañete. Allí trabajó un año en una hacienda para poder costearse sus estudios, lo que le permitió conocer de cerca la explotación y los vejámenes que padecían los campesinos de parte de hacendados y capataces. Esta experiencia selló su compromiso de vida para con los débiles y marginados y su firme decisión de luchar por un orden justo y solidario.
Al año retornó a Lima e ingresó al Instituto Pedagógico Nacional de Varones; no sólo se preocupó por su formación académica sino por encontrar respuestas al problema de la desigualdad y la pobreza de los pueblos y decidió asistir a la Universidad Popular “Manuel González Prada”. Germán se hizo conocido discípulo de Mariátegui y, posteriormente, su amigo y camarada.
Al terminar sus estudios, retornó a su comunidad con una formación sólida e integral y graduado como normalista urbano, convirtiéndose en el primer profesional de su tierra.
Germán Caro Ríos ingresó a la docencia oficial en 1930. Huayopampa esperaba mucho de él, se entregó a su labor con verdadero fervor, pero -como ocurre con los maestros que enseñan y luchan y luchan enseñando- al año fue subrogado y, con él, dos mil maestros más que exigían dignificación para su labor, petición inaceptable para el gobierno de turno.
Fue así como conoció en carne propia las injusticias de régimen arbitrario: los dos mil maestros fueron lanzados a la calle en condición de despedidos.
Ya estaba casado con una joven campesina, Eugenia Rossel Castro, y debió luchar para sobrevivir.
Los maestros despedidos conformaron el “Comité de Maestros Desocupados”; Caro Ríos fue su Secretario de Economía. Este Comité, se convirtió rápidamente en un organismo masivo y desarrolló una amplia actividad pre-gremial, consiguiendo la adhesión de colegas de distintas regiones. Logró, además, la reposición de los despedidos y la reapertura de la Universidad Nacional Mayor de “San Marcos”, que la arbitrariedad y la soberbia habían recesado.
Al reingresar a la carrera docente, se le asignó una plaza en la Comunidad Campesina de Viñac, provincia de Yauyos. Poseedor de un espíritu transformador, realizó además de la tarea pedagógica una labor comunitaria encomiable en cada uno de los puestos que tuvo:
Alfabetización del indio
Bibliotecas
Creación de Centros Educativos
Salones para teatros
Huertos y jardines
Ferias escolares donde los alumnos exponían a la comunidad lo que habían cosechado en la escuela
Complejos deportivos
Talleres de carpintería
Instalación de alumbrado eléctrico, agua potable, posta médica
Creación de cooperativas ganaderas
Y mucho más...
Para el Maestro Germán Caro Ríos, una Escuela debía ser un lugar agradable, modelo de vida atractivo para el niño, centro de cultura, del deporte, del arte. Entendía a la escuela como una forma de autorrealización y de realización colectiva. Caro Ríos logró diseñar y desarrollar una escuela basada en el estudio y el trabajo en coeducación.
En paralelo con su labor pedagógica, desarrolló una vasta actividad sindical desde la fundación del Comité de Maestros Desocupados en 1930, hasta la Constitución del SUTEP, en el Congreso de Cuzco, en julio de 1972, donde vio coronado uno de sus más caros anhelos, al que dedicó años de esfuerzo y sacrificio.
El maestro Germán Caro Ríos supo ser hombre de su tiempo, predicó con el ejemplo, valorado como un hombre absolutamente honesto; dejó de existir el 19 de octubre de 1971.
Fuente “Las escuelas de estudio y trabajo en coeducación” / Autor: Daniel V. Caro Rossel / Publicado por Derrama Magisterial
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