domingo, 6 de septiembre de 2009

Ahora ellos leen más que tú



Nunca antes los niños y adolescentes peruanos fueron tan cautivados por la literatura como ahora. Pero este no es un milagro, sino una política de Estado llamada Plan Lector, un proyecto que ha desatado una sana costumbre que parecía extinguirse en las nuevas generaciones: la afición por los libros, el amor a la lectura.

La industria editorial, por su parte, ha sabido capitalizar este fenómeno multiplicando su oferta ante una nueva y muy rentable audiencia.


Por María Isabel Gonzales

Fotos rocío orellana


Si nos fijamos en los rankings de ventas de las principales editoriales limeñas descubriremos que hoy los niños leen más literatura que los adultos.

Este sorprendente fenómeno empezó en 2006, cuando el Ministerio de Educación aplicó el Plan Lector, un proyecto ideado por el escritor Javier Arévalo cuya meta parecía una quimera: que cada escolar lea doce libros al año. Fue esta iniciativa la que resucitó en los niños y adolescentes el hábito de la lectura y desató poco después un boom editorial. Diez años atrás la producción de literatura infantil y juvenil en el Perú parecía haberse estancado en las obras clásicas y en los cuentos tradicionales.

La oferta era insuficiente para un público que se aburría con las ficciones de otra generación. Lentamente, Bruño, San Marcos, Norma y Santillana, las editoriales más importantes, empezaron a buscar nuevas historias para repoblar el catálogo literario que cada una ofrecía a niños y adolescentes.

Este esfuerzo inicial, sin embargo, dio prioridad al rediseño y la adaptación de ficciones ya conocidas.Cada editorial ahora tiene un catálogo denominado Plan Lector. La oferta cambió, no más ficciones del siglo pasado, surgieron nuevas historias para niños y jóvenes que, en algunos casos, luego tuvieron una versión cinematográfica.

Ahora los libros vienen acompañados de un CD, los escritores visitan a sus lectores en los colegios, incluso les leen las historias en las librerías y así va creciendo un intercambio altamente beneficioso para los lectores, las editoriales y los escritores. Boom editorialEl mercado de literatura infantil y juvenil crece de manera sostenida desde hace tres años. Es una torta que por lo pronto alcanza para todos.

Editorial Norma está concentrada en este público porque considera que está entrenando nuevos lectores, y el Grupo Santillana considera que es el sector editorial más rentable del Perú. Liliana Minaya, gerenta de la Cámara Peruana del Libro, confirma esta aseveración con un dato concluyente: los textos de literatura infantil y juvenil representaron el 45% de las ventas de la última Feria Internacional del Libro. Dentro de este boom literario hay una corriente bastante marcada.

La mayor parte de los nuevos contenidos son elaborados por autores peruanos y resaltan por cierto una identidad peruana. Ya no solo se imprimen adaptaciones de La Caperucita Roja o del Quijote, hoy hay autores nacionales cuyos textos son éxitos de venta como Jorge Eslava, Oscar Colchado, José Luis Mejía, Rosa Cerna, Rosa María Bedoya, Heriberto Tejo, Hernán Garrido-Lecca y otros que no alcanzaríamos a nombrar aquí. Mercedes González, del Grupo Santillana, explica que su catálogo del Plan Lector comprende casi 500 títulos, divididos por niveles (Inicial, Primaria y Secundaria) el 40% está compuesto por autores peruanos. Editorial San Marcos, por ejemplo, siempre apostó por lo nacional con adaptaciones infantiles como “Rosa Cuchillo”, del escritor Óscar Colchado Lucio.

Desde que San Marcos empezó en 1997, se dio cuenta de que los autores peruanos eran los mismos de los ochenta. Entonces iniciaron una colección que se encargó de forjar nuevas promesas hasta llegar a los 250 títulos infantiles y juveniles. “Primero hay que conocer lo nuestro, pero sin limitarse solo a ello. El saber es infinito, por eso no podemos darnos el lujo de cerrar los ojos al mundo”, dice Aníbal Paredes, gerente de editorial San Marcos. Colchado, autor de la saga del “Cholito”, cree también que la cultura no tiene fronteras. “Si solo nos concentrásemos en nuestra historia, los niños nunca se enterarían de Einstein, o de las guerras mundiales.

Estaríamos restando conocimiento. Es muy importante que a través de la literatura enseñemos a los niños y jóvenes cuáles son los elementos y tradiciones de nuestro país”. Andrea Paz, coautora de “Chimoc, el perro calato”, asegura que el éxito de su libro fue el argumento y no el elemento peruano. Paz cree que es importante diversificar y poner fuerza en los personajes para difundir valores universales.

Como escritora, Paz cree que los niños son el público más sincero, si no les gusta lo que leen lo abandonan sin remordimiento alguno. “Hay que enriquecer la mente de nuestros niños con todo tipo de historias y así les damos recursos creativos que puedan aplicar cuando crezcan”, dice la autora de “Clavito, el puercoespín”. Resultados del PlanRubén Silva, de Norma, reconoce que el Plan Lector ha sido un factor relevante para el incremento de la demanda literaria infantil y juvenil.

Sin embargo, Silva explica que Norma no elevó sus ventas para este público de la noche a la mañana, sino gracias a un trabajo intenso desde que llegaron al país en 1997. Cada año sus ventas crecen 30% por ciento. El Grupo Santillana también reporta un crecimiento anual de 30% sin contar sus ventas al Sector Educación y a otras instituciones.San Marcos es la más activa de las editoriales locales.

En lo que va del año ha vendido 250 mil ejemplares y ha obtenido por ello ingresos que alcanzan los 2 millones de soles. Bruño, la otra editorial peruana, se alista para entrar en competencia. Hasta ahora su fortaleza ha estado en los textos escolares. El 64% de su facturación corresponde a este rubro. Pronto lanzará una nueva colección infantil dedicada al Plan Lector. Su catálogo contendrá una oferta de 200 títulos y ya cuentan con un staff propio de escritores peruanos para este público.

Según el viceministro de Educación, Idel Vexler, en el 70% de los colegios públicos y privados del país se aplica con éxito el Plan Lector. Estamos hablando de un mercado total de casi diez millones de alumnos y de más de 450 mil maestros que han logrado reflotar a la industria editorial. Tendencias “Los niños no solo deben leer para comprender el libro que leen, sino para comprender el mundo en el que viven.

Los libros deben ser adecuados a su edad, deben llamarles la atención. Hay adolescentes y adultos a los que no les gusta leer porque de niños nunca tuvieron un libro bonito en sus manos”, dice el escritor Javier Arévalo. Y esta idea es compartida por Dante Antonioli, de Bruño, quien como gerente de Proyectos Editoriales observa las nuevas tendencias en las ilustraciones, en los temas, los cambios de actitud en su público objetivo que en estos días puede encontrar a sus personajes literarios favoritos en la televisión, en el cine o en los videojuegos.

Según Mercedes González, del Grupo Santillana, la estrategia de marketing detrás de cada nuevo título es ineludible en estos tiempos. Desde hace más de un año la estrella indiscutible del sello Alfaguara es la saga “Crepúsculo” de la escritora norteamericana Stephenie Meyer, que consta de cuatro libros.

En este caso, el éxito es internacional –se han vendido más de 70 millones de ejemplares– y el estreno de la película disparó las ventas. “Crepúsculo” sigue la tradición de libros como “Harry Potter”, “Narnia” y “El Señor de Los Anillos”; obras que vieron reflejado su éxito editorial en la pantalla grande. Ambas industrias se retroalimentan enfocándose en un público que de ser únicamente espectador es ahora además ávido lector.

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