lunes, 30 de abril de 2012

¡Devolvamos el protagonismo al alumnado!

FUENTE: http://www.educacionmusical.es/2012/04/10/devolvamos-el-protagonismo-al-alumnado/
Experiencias educativas en las aulas del siglo XXI - Innovación con TIC
Casi un año después de la presentación de Experiencias educativas en las aulas del Siglo XXI. Innovación con TIC, voy a publicar aquí mi capítulo (el libro tiene licencia Creative Commons). Hasta ahora no lo había hecho porque consideré más oportuno ofrecer el link para la descarga gratuita del libro completo, 400 y pico páginas con las experiencias de más de un centenar de docentes de toda España, para fomentar la difusión que efectivamente ha tenido.
Tras más de un año desde su redacción, en un momento en que desde el Ministerio anuncian la supresión del programa Escuela 2.0 (y de muchos otros programas y planes), es fundamental que se reflexione sobre la importancia del uso de la tecnología en educación.  No se trata simplemente de “aprender a usar los ordenadores” -lo que, de no conseguirse en edad escolar, se puede compensar una vez adultos- sino de algo mucho más importante: la tecnología bien utilizada nos sirve para cambiar el enfoque metodológico, consiguiendo que el alumnado deje de ser un receptor pasivo de conocimientos prefabricados y se convierta en el protagonista de su aprendizaje, mediante un esfuerzo continuo de construcción activa de nuevo conocimiento. En otras palabras: se trata de la calidad de la educación.
¡Devolvamos el protagonismo al alumnado!
Abstract: La asignatura y su materialización en forma de libro de texto constituyen el centro de la atención de nuestro sistema educativo, desplazando así al alumnado de lo que tendría que ser su sitio. Las TIC bien empleadas pueden ayudarnos a devolver el protagonismo al alumnado, siempre que evitemos el riesgo de que la tecnología y los ordenadores tomen el relevo de asignaturas y libros, dejando de nuevo al alumnado en segundo plano.
Palabras clave: ESO, Secundaria, wiki, trabajo colaborativo, competencias básicas.
La permanencia obligatoria del alumnado en el sistema educativo hasta los 16 años no es un avance incuestionable de por sí, sino una grandísima oportunidad de desarrollo personal y social que por el momento estamos aprovechando sólo en parte. Las causas de que se desaproveche la otra parte -tema de un debate que pocas veces llega a ser constructivo, limitándose frecuentemente a una serie de acusaciones de cada sector de la comunidad educativa hacia otro- las tenemos que buscar entre todos y todas. Y sobre todo, debemos ponerle remedio a las que puedan identificarse.
Personalmente, desde mi humilde punto de vista de profesor de Educación Secundaria, y además de Música, creo tener muy clara una de esas causas de la exclusión del sistema educativo de una porción de alumnado tan importante (actualmente se puede cifrar en alrededor de un tercio del total): la estructura de la ESO, que sigue anclada a una uniformidad del currículo y una organización del horario lectivo totalmente inadecuadas a nuestros tiempos e incapaces de dar respuestas eficaces a la gran diversidad de talento e interés del alumnado. Me refiero tanto a la gran cantidad de horas que el alumnado pasa en clases masificadas, donde la relación aprendizaje/hora es demasiado baja, como a la distribución de ese tiempo lectivo, basada, en vez de en las aptitudes e inclinaciones de cada uno de los alumnos y alumnas, en la supuesta mayor importancia de algunas de las asignaturas del currículo y en el falaz argumento de que, inculcando los mismos conocimientos a todos, se les están ofreciendo también las mismas oportunidades.
Esta estructuración del tiempo que considera la asignatura como elemento fundamental tiene una serie de consecuencias negativas sobre todo en la Educación Secundaria, las más importantes de las cuales son el excesivo número de docentes que entran en un mismo grupo-clase (entre una decena y una docena) -y como consecuencia el excesivo número de alumnos/as encomendados a cada docente (que se acerca a los 300 en el caso de asignaturas que sólo tienen 2 horas semanales)- y la compartimentación del conocimiento en contenedores estancos totalmente artificiales.
Aunque el fondo de este obstáculo sea de índole burocrática y eliminarlo no está directamente a nuestro alcance, sólo aparentemente es insuperable, pues podemos sortearlo aplicando un enfoque multidisciplinar a todas las asignaturas y trabajando por tareas integradas. Un cambio metodológico de este tipo vuelve a colocar al alumnado en el centro de la atención, devolviéndole el rol de protagonista de su proceso de aprendizaje que le ha sido usurpado por los contenidos que conforman las asignaturas. De nuevo la asignatura, esa pequeñísima y arbitraria selección del conocimiento, filtrada y homogeneizada para ser suministrada a todo el alumnado por igual -exceptuando las adaptaciones curriculares que se realizan, previo diagnóstico psicopedagógico, para las necesidades educativas especiales-, hecha tangible en forma de libro de texto, instrumento fundamental y paradigmático del planteamiento transmisivo de la educación que arrastramos desde hace siglos y del que nos cuesta liberarnos.
¿Cuál es el rol de las TIC dentro de este panorama? No es una pregunta retórica, pues desde luego la tecnología y los ordenadores pueden ser sumamente útiles, pero también existe cierto riesgo de que tomen posesión del puesto que actualmente ocupan las asignaturas y los libros de texto y, como decíamos anteriormente, si no aprovechamos la ocasión para situar al alumnado en el centro del proceso de enseñanza y aprendizaje, volveremos a fracasar.
Estoy plenamente de acuerdo con una apuesta decidida por las TIC en educación, siempre que se pongan al servicio de un proyecto con una sólida justificación pedagógica y se empleen sobre todo como potentes herramientas de trabajo del alumnado para: buscar informaciones, analizarlas críticamente, seleccionarlas y elaborarlas; relacionar esos datos con sus conocimientos previos y añadirlos a ellos, dándole una nueva estructura y creando así nuevo conocimiento, además de utilizarlas como otro medio más para comunicarse con sus compañeros y compañeras y con el profesorado, medio que por muchos aspectos es más adecuado al trabajo colaborativo.
Leer un PDF en la pantalla en vez de leer el libro de texto o realizar ejercicios de evaluación en el ordenador en vez de en un folio es un falso progreso o, en el mejor de los casos, un progreso a medias que no aportará absolutamente nada al alumnado desmotivado, aparte de los primeros momentos de curiosidad por la novedad. Dicho de manera más simple y llana: si usamos las TIC para hacer lo mismo que hacíamos sin ellas, no hemos avanzado nada.
Las TIC, entre otras cosas, pueden ayudarnos a diseñar y realizar tareas integradas y colaborativas en las que cada alumno y alumna, independientemente de su competencia curricular en las distintas asignaturas, pueda participar activamente y mejorar el proyecto con sus aportaciones, sintiendo la satisfacción del trabajo bien realizado y el consecuente refuerzo de su autoestima, elemento imprescindible para una buena motivación hacia los estudios.
Con estas intenciones puse en marcha hace más de dos años, dentro del proyecto educacionmusical.es, una wiki, espacio en el cual participan todos los alumnos y alumnas del instituto que están cursando Música, independientemente del nivel educativo en el que estén matriculados.
Instalada sobre MediaWiki, software libre que todos y todas conocemos por ser el mismo que usa la Wikipedia, la wiki de educacionmusical.es arrancó gracias al trabajo de alumnos y alumnas a los que ya no doy clase, que trasladaron a este espacio una serie de entradas sobre instrumentos musicales que habían escrito originariamente para su blog de aula. Tras esa primera fase, la actividad sigue desarrollándose como una pequeña enciclopedia colaborativa de los instrumentos musicales, con la participación del alumnado de todos los niveles de la ESO, que libremente puede crear nuevas entradas, ampliar las existentes, limpiar la ortografía y la gramática, arreglar tamaño, resolución y alineación de las imágenes, cazar y borrar los plagios realizados por los compañeros y compañeras más novatos, enlazar a otras entradas de la wiki, a páginas externas o a archivos multimedia, y así sucesivamente.
Gracias a las herramientas disponibles (Aportaciones del usuario) los alumnos y alumnas son evaluados no sólo por el resultado global del trabajo colaborativo, sino también, y sobre todo, por su aportación personal a ese resultado, tanto en su cantidad como en su calidad.
A pesar de la aparente superficialidad de esta tarea, en la que el alumnado goza de grandísima libertad, el trabajo con esta herramienta didáctica es una labor muy compleja en la cual se integran varias áreas del currículo y gracias a la cual se ejercitan varias competencias básicas. Además de la evidente aportación a la competencia en comunicación lingüística -trabajamos intensivamente la lectura comprensiva, la expresión escrita, la ortografía, la gramática, etc.-, la temática de la wiki y el formato de la misma permiten trabajar también las otras competencias, tal vez con la única excepción de la competencia matemática, que desde nuestro ámbito tratamos más en las actividades de música práctica y de teoría del lenguaje musical.
De hecho, trabajamos la competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico debido al esfuerzo de comprensión del mecanismo de funcionamiento y ejecución de los instrumentos; la competencia cultural y artística observando la historia y desarrollo de los instrumentos y su participación en diferentes géneros y conjuntos musicales; el tratamiento de la información y competencia digital gracias a la búsqueda y cotejo de la información así como su reelaboración; la competencia social y ciudadana por el trabajo colaborativo y la toma de conciencia de la eficacia del mismo; la competencia para aprender a aprender por la posibilidad casi ilimitada de profundizar en la búsqueda del conocimiento; y finalmente la autonomía e iniciativa personal por la dinámica de trabajo, que deja al alumnado las decisiones más importantes, desde la naturaleza de las aportaciones a la organización del tiempo, pudiendo trabajar tanto aprovechando pequeños ratos como dedicando a esta tarea sesiones de trabajo más bien largas.
Este último punto es particularmente importante: los alumnos y alumnas pueden y deben tomar decisiones, pues deben ser los y las protagonistas de su aprendizaje porque son quienes más que nadie pueden llegar a conocer qué les interesa y les apasiona, qué les preocupa y les inquieta, qué les motiva y les anima; en resumen, en qué consisten su talento y sus intereses, estrictamente ligados a su pleno desarrollo como personas y como ciudadanos y ciudadanas. Es nuestra responsabilidad como docentes el guiarles en esa búsqueda dentro de un clima de confianza y de estima, una empresa en la cual las TIC pueden resultarnos bastante útiles.

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